Creía que en estos últimos cuatro años lo había visto todo,
creía que ya nada me podría sorprender, que nada podría provocarme indignación
porque la capacidad para hacerlo se había colmado, pero la noticia aparecida
sobre el cuidado del padre de Mariano Rajoy a costa del dinero de todos los
españoles supera los límites de la decencia y dignidad.
Parto
de la premisa de que todos los españoles tenemos, o al menos deberíamos tener,
las mismas obligaciones y derechos por lo que, en un país decente, no
sería noticia que el Estado se ocupara financieramente del cuidado de una
persona en situación de dependencia. El problema surge cuando se mete la mano
en mi bolsillo, en el suyo y en el de todos los españoles para cuidar al padre
del que declaró públicamente, tres días antes de las últimas elecciones
generales, que la dependencia no era viable. Se le olvidaría añadir la
coletilla de la excepción de su padre.
Dos
médicos han sido "contratados" a cargo del presupuesto de Presidencia
para que el padre del aniquilador del sistema de atención a la dependencia esté
atendido las veinticuatro horas del día en el Palacio de la Moncloa, y todo
ello, desestimando su cuidado en un centro asistencia porque, al parecer, el
coste de 5.000 euros al mes le parecían a Rajoy un gasto excesivo que no podía
"permitirse". Excelente "modelo de austeridad", Sr.
Presidente, no le fueran a llamar "despilfarrador".
Cuando
en nuestro país más de 127.000 dependientes han fallecido esperando ser
atendidos, cuando más de 76.000 familias han perdido la prestación económica
para cuidar en su domicilio a su familiar dependiente, muchos de ellos niños
con enfermedades degenerativas mortales, cuando más de 80.000 grandes
dependientes han sufrido “los milagros marianos” y de un día a otro pierden esa
condición, cuando niños con parálisis cerebral son despojados de la
prestación por dependencia por asistir, en edad escolar, a un Centro de
Educación Especial de Enseñanza Reglada, cuando se han hurtado más de 3.000
millones de euros en la financiación de los dependientes para adelantar en
siete años parte del rescate bancario, cuando todo esto y más, mucho más, está
ocurriendo en nuestro país con las personas dependientes, el responsable de
todas estas tropelías, propias de los comienzos de la Alemania nazi en la que
se fue eliminando a las personas discapacitadas, en un acto supremo de desvergüenza
política, moral y personal, utiliza el dinero de todos los contribuyentes,
también el de los familiares de los dependientes muertos durante su
legislatura, para que su padre sea atendido las veinticuatro horas del día.
Seguramente,
y es lógico, para Rajoy la vida de su progenitor de 95 años de edad tenga más
valor que la del resto de personas dependientes, tenga más valor que la de mis
dos hijos grandes dependientes con una enfermedad degenerativa moral, que la
del niño de 13 años, Jomían, que murió sin el último beso, sin la última
caricia de su madre que se vio obligada a irse a trabajar a más de 100 km por
culpa de sus políticas mezquinas y miserables en dependencia, que las de
cientos de miles de dependientes a los que se les ha obligado, en muchos casos,
a tener que “elegir” entre medicarse o comer.
El
presidente del Gobierno, presidente que debería ser de todos, también de las
personas dependientes, ha quedado retratado. Su indecencia y desvergüenza
política y moral ha superado cualquier límite. En un país de derecho, con
gobernantes honrados y decentes, usted a estas horas estaría preparando
las maletas para salir de Moncloa. Las personas dependientes son
"fuertes", no hace falta que nos mande SMS para apoyarnos, las personas
dependientes sabemos "aguantar", aunque el final de esa
fortaleza y ese aguante sean los cementerios de toda España.
Como
dijo Primo Levi: " Un país se considera cuanto tanto más
desarrollado cuanto más sabias y eficientes sean las leyes que impiden al
miserable ser demasiado miserable y al poderoso ser demasiado poderoso".
NOTA.- Extraido de http://www.periodicoclm.es/opinion/jose-luis-gomez-ocana/rajoy-decia-dependencia-no-era-viable-padre/20151014183348003353.html