LA CUADRILLA

     Con este formato e ilustración y esta portada se puso, por primera vez en Sevilla, y creo yo que en España, una revista dedicada y hecha por y para una CUADRILLA DE COSTALEROS, mas que costaleros, AMIGOS.

     Corría la cuaresma de 1993, y por aquel entonces esta singular cuadrilla, que al poco tiempo consiguió otro hito, tener sus sedes propias, y otro mas anteriormente, El Homenaje a la mujer Cirinea, paseaba por Sevilla los palios de La Amargura, Dulce Nombre y Madre de Dios de La Palma y por su labor le fue entregado el IV Premio Demófilo, aún recuerdo las palabras dirigida a NUESTRA CUADRILLA en el acto de entrega, fueron,,,” He estado pensando mucho rato como podría decir yo algo de la cuadrilla de hombres que, a juicio del jurado de los premios Demófilo, levantó el pasado año un monumento perecedero de armonía, buen gusto y tradición”….

     Ahora que estamos en cuaresma, los costaleros retirados, porque los años así lo exigen, añoramos las noches de ensayos y añoramos el mundo de faldones para abajo y añoramos escuchar el nombre de Floro que simbolizaba el esfuerzo de todos a una, añoramos, porque lo vivimos, lo sentimos y lo trabajamos LA CUADRILLA y como no, añoramos el escuchar de unas llaves sonar al son de Rosario de Montesión en memoria de Juan Marrero que en noche de su sepelio brindamos con Manzanilla. Añoramos la vuelta del Abuelo y al bueno de Paco Fernández preocupado, al lado nuestra por Tetuán, del esfuerzo que se estaba realizando el Martes porque el día detrás venia su Virgen de ojos verdes que mira al cielo, añoramos, porque lo quisimos al bueno de Juan Luis Quiroga cuyo único defecto era ser un hombre bueno.

     Me sonrío al recordar detalles vividos, cosas nuestras, de nuestra CUADRILLA, que para nosotros se quedan, como llevar las parihuelas a casa de De Petri con dos perros de roncos ladridos, a ese Berlanga quemando cartas y quitando relojes, o esos viajes a Cádiz con niños cagones encima de un toril, o esos partidos de futbito con posteriores coros de La Viña y me sonrío al recordar noches de Sanlúcar con ese Coco cacerola de albóndiga en mano y una pelea de gallo que nunca comprendimos. Sé que muchos no entenderán lo que escribo, pero ya digo que son cosas nuestras, de nuestra CUADRILLA que, para nosotros quedan.

     Para unos éramos la envidia y para otros el espejo, para unos éramos un pedazo de cuadrilla, para otros unos mercedarios, por unos alagados y por otros criticados, pero lo importante era lo que éramos para nosotros, AMIGOS,y lo mas importante, lo eramos mas debajo del paso

      Y ahora, ejerciendo el poder que me dá ser al autor de este árticulo,quiero destacar a modo personal dos hechos que para mi siempre se han quedado marcado, ambos dos, ocurrieron sin costal ni zapatilla, el primero fué la entrada con la Virgen de La Amargura desde el patio del convento de Sor Angela al altar donde reposan los restos de esta mujer, la llevabamos en parihuelas con motivo de ocupar ELLA el sitio que habia dejado durante unos días Angela para ir a la catedral a su canonización, durante ese recorrido las monjitas ocuparon, como cargadoras, sitio en las andas, detrás de mi se puso una hermanita, bajita ella, y al ver que no llegaba con sus hombros me dijjo,,,"hermano, agachate un poquito para que yo pueda sentir el peso de la Virgen de La Amargura",,, y la segunda era cuando cada Jueves Santo, un niño, ya hombre, antes de doblar Molviedro, se ponia junto a mi y reflejandose en su rostro a la vez que en su  comportamiento, seriedad, responsabilidad e ilusión, daba sus primeros pasos como contraguía.

    Por estas cosas y por muchas otras que, quizás alguan vez cuente, al menos para mi, en LA CUADRILLA, DORMIRAN LOS SUEÑOS PERO NUNCA HABITARÁ EL OLVIDO.

Serva Labari