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En 1956 nombraron sus antecesores a un señor de Osuna, que con las marchas Amargura y Valle dio el pregón de los pregones en el ya desaparecido Teatro San Fernando, aquel día se escribió un punto y aparte en la historia de los pregones sevillanos. Su nombre era Antonio y sus apellidos, Rodríguez Buzón.
Hoy se ha nombrado un nuevo pregonero, pero al parecer poco habéis comprendido de lo que significó aquel pregón de 1956 para los sevillanos. Habéis tenido, nuevamente, la oportunidad de darnos a los sevillanos lo que queremos, lo que ya llevamos pidiendo a voces haces mucho tiempo. Nuevamente habéis hecho caso omiso.
Con todos mis respetos, el “jerezanismo”, que se quede para Jerez, para los dos, el de la Frontera y para el de los Caballeros, y para Sevilla que vuelva el sevillanismo.
Al parecer hay quien no se entera de lo que la inmensa Sevilla Cofrade quiere, queremos un pregonero que dé el pregón de los sevillanos, que nos haga vibrar, sentir, llorar si es preciso y sobre todo vivir y comprender lo que pregona el pregonero. Queremos un pregonero popular frente al de la Sevilla rancia.
Queremos un pregonero que pregone a ese Cristo agonizante que nunca vio ni Sevilla ni Triana, un pregonero, que nos hable de penitentes negros enlutados cuando caminan por la ciudad en noche de madrugada, un pregonero, con conciencia de los problemas sociales, y los mismos nos lo haga llegar en un Padre Nuestro. Un pregonero que pregone a las gentes de abajo a son de Amargura, un pregonero que llame a las Virgenes por su nombre, que para eso lo tienen. Un pregonero que sepa cantarle a Sevilla rezando, un pregonero que nos cuente lo que ya sabemos pero contado por él y a su manera que es la nuestra, la que nos llega, la que comprendemos y sentimos porque es la que hemos mamado. Un pregonero de esos que, nacieron en Sevilla y para Sevilla.
Los sevillanos somos paciente, tomen la debida nota para el 2012.
Serva Labari
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